Veronica of the Cross


Los Estigmas de Verónica

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Marzo de 1994

          El lunes por la tarde, marzo 8 de 1971, durante el tiempo de Cuaresma, Verónica vió por primera vez en visión la Pasión, los sufrimientos de Jesús, desde la agonía en el Huerto hasta la Crucifixión.

          La visión fue impresionantemente torturante y terrible, se aumentaba a medida que cada escena se desarrollaba y conducía a la muerte del Divino Cordero.

          Pero aun mas, cuando llegó a la crucifixión, Verónica sintió físicamente lo que ella vio: los clavos y golpes del mazo y el dolor agudísimo y la desolación en la cruz cuando ella se unía a los sufrimientos indescriptibles de nuestro Salvador. Verónica vivió realmente su propia crucifixión.

          Todo comenzó cuando Verónica (y otras cuatro personas) a petición de nuestro Señor, estaban rezando los misterios dolorosos del Santo Rosario en su casa. Cuando terminó la Pasión y cesó su éxtasis, Verónica quedó con un amargo recuerdo: los estigmas o heridas de Cristo en sus manos, pies y sienes.

Veronica of the Cross

Septiembre 7 de 1979
Verónica en éxtasis. Viendo a Jesús en la Cruz,
en agonía, ella extiende sus brazos en forma de Cruz.

          Las llagas tenían la apariencia de una herida en curación, de color negro y azul y durante los primeros días, exudaría sangre por las manos y los pies. Las heridas tenían la forma de una Cruz en el empeine del pie.

          Los punzantes dolores y el dolor persistirían por meses en sus manos y un par de años en sus pies antes que de repente, desaparecieran totalmente. Para ella era sumamente difícil caminar y durante largo tiempo no pudo usar zapatos o medias, recurriendo a usar sandalias de correas.

          La dolorosa marca en el centro de la frente la sentía como una cortada, representando las terribles heridas ocasionadas por la corona de espinas. Esa herida era casi del tamaño de una moneda y duraba tres días.
 

Veronica of the Cross

Veronica faints

Verónica en éxtasis sufriendo la crucifixión durante la vigilia de 7 de septiembre de 1979.  Después de terminada, ella desfallecida, se sobreponía con dolor, pena y agotamiento.

          Verónica explicaba que la intensidad del dolor disminuía con el pasar del tiempo, agregando que las heridas eran algo frívolo o decorativo, pero en realidad eran causa de gran dolor y angustia que recordarlas la afligían aun hasta el día de hoy.

          Además, como un recuerdo sagrado de su íntima participación en el inestimable acto de amor, desde 1971 ha sido una costumbre inquebrantable en Cuaresma, revivir esta experiencia de la Pasión y llevar los estigmas que le acompañan.

          Esta es una copia de su primera estigmatización pero sin la marca de la frente, sin sangre y de mas corta duración. Ella sufre un dolor vibrante en sus manos y pies el cual duraba tres o cuatro días.

          Como hemos descubierto acerca de la prueba anual de Verónica en la Cuaresma, esto era extremadamente estresante y abrumador para ella aun hasta para pensar en ello y mucho menos tratar de eso. Sin embargo, Verónica expresaba con vehemencia y lo enfatizaba a menudo a nosotros durante el curso de este proyecto agotador sobre la Pasión: “Créanme! Esto no es algo para ser deseado o pedido en oración”.
 

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El Lourdes de América

Esta bella historia de gracia, paz y redención se hizo pública el 18 de junio de 1970, cuando la Madre de Dios visitó a Verónica Lueken en los terrenos de la antigua Iglesia de San Roberto Belarmino en Bayside, New York y más tarde en el sitio del Pabellón Vaticano (bendecido por el Papa Pablo VI) en el parque de Flushing Meadows, Queens, Nueva York. Al comienzo de 1968, Santa Teresita, la pequeña flor, preparó a Verónica para estas apariciones celestiales.

Durante 25 años, la Virgen María y su Divino Hijo se aparecieron en esos terrenos sagrados a esta madre de cinco hijos durante las vigilias del Rosario, hasta su muerte en 1995. Nuestra Señora pidió también una Hora Santa los Domingos ofrecida por el Papa y los sacerdotes.

Las Vigilias y las Horas Santas continúan hasta hoy en el Pabellón del Vaticano donde las curaciones y conversiones son abundantes y para numerosos peregrinos la fe y esperanza han sido restauradas. Los invitamos que se unan a nosotros; buscar por el estandarte grande de SMWA.

Para mas información, incluyendo un pétalo de rosa gratis bendecido por Jesús y María con el poder de curación y conversión, contacto:

Apostolado Mundial de San Miguel
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