St Michael's World Apostolate, SMWA

Extractos y profecías iluminadoras para el mundo tomados del mensaje de Jesús y María a través de la vidente Verónica de la Cruz

El cielo habla hoy | Inicio

 

La Natividad
El Cielo Habla Hoy, No. 3

““He aquí que una Virgen concebirá y dará a luz a un Hijo
y será llamado Emmanuel”
Isaías 7:14

The Nativity picture

La primera Navidad
Verónica dice: Veo una cueva profunda en una colina.  La entrada es muy grande.  Puedo ver a una Señora sentada en el piso.  La tierra parece muy polvorienta y dura.  Hay algunos animales alrededor de Ella; allí hay tres ovejas.  La Señora, para calentar la pequeña figura, que está acostada en un montón de paja o pasto seco, le acerca las ovejas.

         Hay un hombre, debe ser San José, vestido con un manto de tela color carmelito, está mirando hacia abajo al Niño.  El Niño es muy pequeño, envuelto en una sábana de color habano.  La Señora, nuestra Madre Bendita, estaba acercando más a las ovejas.  Un gran animal con cuernos grandes y una piel fuerte que parece color marrón, del tamaño de una vaca, estaba cerca de la entrada.

         Es muy oscuro en la cueva, pero parece que hay una luz alrededor de ellos.  La luz parece venir del aire.  Hay dos ángeles muy grandes detrás del hombre.  Pero no creo que la Señora, nuestra Madre Bendita, se dé cuenta de esto porque ella sigue mirando hacia abajo.

Santa pobreza y felicidad
Oh, qué pobres parecen!  Pero están tan felices.  Nuestra Señora está sentada directamente en el suelo, en el polvo.  Para Ella debe haber sido muy difícil traer al mundo y haber dado a luz al Niño, pero parece tan feliz!

         Nuestra Señora dice: “El alimento que comimos era muy duro, pero la luz estaba en Nosotros y aceptamos todo con alegría”.

         Verónica dice: Puedo ver que Nuestra Señora tiene un pedazo de algo que parece pescado seco y que es muy difícil de masticar.  José tenía en su mano un pedazo de algo oscuro que parecía ser pan.  No era una tajada ancha, sino bastante delgada, como horneada sin levadura o algo.  También parecía muy duro y seco.

Escuchad el heraldo que los ángeles cantan
Con atención, se oía cantar al heraldo de los ángeles.  Puedo escuchar música.  Nuestra Señora y José están sonriendo porque pueden oir la música.  La cueva estaba llena con el canto de muchas voces de niños pequeños.  Las voces están cantando, “Salve Pequeño Salvador bañado en luz.  Nacido para librar la batalla del cielo".

         Nuestra Señora dice: “Muchos vinieron trayendo regalos, pero Nosotros miramos dentro de sus corazones y los despedimos para que siguieran su camino".

         Verónica dice: Luego alguien, un hombre con una túnica blanca, asomó su cabeza dentro de la cueva, pero no pudo oir la música o ver los ángeles, (hubiera sido evidente en su cara).  El hombre comenzó a hablar con José.  No pude oir sus palabras.

         Estoy convencida que es solo por gracia especial, concedida por el Padre, que uno puede tomar parte en una manifestación sobrenatural.

Dios encarnado
La cara del Niño era casi inusual, porque El parecía tan joven y Su cara tenía el conocimiento y la sabiduría de la edad.  María lo miraba amorosamente y feliz.  Pero también había un poquito de tristeza y ansiedad, porque Ella ya conoce el camino que le espera, las penas que enfrentará en el futuro, porque se las han hecho saber a Ella.  María dijo en el mas suave de los tonos:

         Nuestra Señora: “He aqui la sierva del Señor.  Haced con Nosotros según Tu voluntad”.

         El Angel vino al lado de María y dijo:

         El Ángel dijo: “Este Niño será alimentado por la luz”.
Todo lo anterior el 24 de Diciembre de 1970

 

Tres hombres sabios
Verónica dice: Hay una bella estrella grande y los rayos de la estrella vienen hacia abajo, derecho hacia la puerta de la cueva.

         Ahora estoy mirando hacia abajo desde la colina y veo dos hombres que caminan y otro está cabalgando, pero el esta siendo . . . parece estar transportado sobre una tabla.  Y ellos se están acercando.  Y ellos han tomado otra tabla que están transportando y parece que hay como una caja sobre la tabla con una especie de cubierta dorada que la cubre.

         Y ahora los dos hombres que están caminando están vestidos muy elegantes, con esos mantos de terciopelo que tienen puestos y ellos están llegando a la cueva.  Y ellos están viniendo y siguen, y entran en la cueva y los dos primeros caen de rodillas.

Un ejemplo que enseña
Y ellos están abriendo las cajas y Nuestra Señora los está mirando. Y ellos están yendo . . . y ellos están tratando de . . . oh, ellos están desocupando las cajas a los pies del Bebé.

         Y nuestra Señora sonrió y movió su cabeza en ademán de decir, no. Ella movió su cabeza diciendo, no.

         Y ellos pusieron todo--parecía como si fueran joyas--, yo puedo ver perlas y puedo ver como piedras de cristal, parece como piedras de cristal verdes y hay unas rojas, y oh, parecen muy bellas.

         Y Nuestra Señora movió su cabeza indicando, no.  Y ellos las pusieron otra vez en la caja.  Y el hombre con manto de color púrpura profundo, entonces devolvió la caja al hombre.

Y ahora--yo se, puedo decir al mirarlos, que ellos son reyes o algo así.  Ellos son personas muy ricas.

Y ahora ellos se están alejando sin voltear sus espaldas.  Ellos se mantienen haciendo una inclinación.

Incienso y mirra
Y ellos tienen . . . ellos dejaron algo mas, otra pequeña caja.  Pero ahora ellos quieren encenderla y hay un humo que sale de ella.  Yo puedo oler lo que sale de ella.  Pero huele a algo muy extraño.  No es como perfume, huele como . . . no se cómo explicarlo . . . como a hierbas.  Y entonces nuestra Señora permite esto.

         Pero me siento allí y hay el olor de eso, es tan extraño.  Es . . . oh, no sé.  Es como . . . no sé qué es; nunca antes he olido algo semejante.  Y nuestra Señora sonrió.

El desprendimiento es oro
Y luego los hombres se alejaron y uno dejó una pequeña bolsa. Y cuando esta descendía . . . debía haber monedas o algo adentro porque puedo oír, ustedes saben, como . . . como si estuvieran sonando unas monedas de cincuenta centavos.  Y nuestra Señora movió su cabeza diciendo, no, no.

         Y el hombre las recogió y se alejó . . . y ahora los tres están saliendo de la cueva.  Pero ellos no han volteado sus espaldas.  Ellos siguen inclinándose, e inclinándose.  Y ahora nuestra Señora ha mirado hacia abajo a Jesús y Ella esta inclinada y está sonriendo.

         Ahora se está poniendo muy, muy oscuro y no puedo ver nada más.

         Y nuestra Señora . . . oh, nuestra Señora está apareciendo afuera en la entrada.  Ella está parada y está hablando acerca de la carne.  El día anterior a la Fiesta de Su Hijo no comer carne, dice Ella.

         Nuestra Señora dice : “No comer carne el día anterior a la Fiesta.  Es solo un pequeño acto de penitencia”.
Todo lo anterior el 24 de Diciembre de 1972

 

Receptáculo sin macha
“El Padre Eterno escogió a Mi Madre antes de Su comienzo en la tierra. . . .  Mi Madre fue concebida sin pecado.  Ella no conoció el estigma del pecado, el pecado original de la humanidad heredado de los primeros padres.  Desde el comienzo de los tiempos, Ella fue destinada en la sabiduría del Padre Eterno para ser un receptáculo sin mancha para Mi llegada a vuestro mundo”.
Jesús, Mayo 14 de 1977

 

Siempre Virgen
"Mi Madre no es y no fue una mujer común.  Mi Madre fue siempre Virgen.  Mi Madre me dió a luz sin dolor y tuvo conocimiento de Mi llegada solo hasta escuchar el sonido del llanto de la criatura que la despertó a Ella y a Su esposo, Su casto esposo José.  Mi Madre no conoció ningún hombre antes o después de Mi nacimiento.  Mi Madre, como fue escrito en el libro del Antiguo Testamento fue siempre Virgen".
Jesús, Mayo 14 de 1977

 

 

El Lourdes de América

Esta bella historia de gracia, paz y redención se hizo pública el 18 de junio de 1970, cuando la Madre de Dios visitó a Verónica Lueken en los terrenos de la antigua Iglesia de San Roberto Belarmino en Bayside, New York y más tarde en el sitio del Pabellón Vaticano (bendecido por el Papa Pablo VI) en el parque de Flushing Meadows, Queens, Nueva York. Al comienzo de 1968, Santa Teresita, la pequeña flor, preparó a Verónica para estas apariciones celestiales.

Durante 25 años, la Virgen María y su Divino Hijo se aparecieron en esos terrenos sagrados a esta madre de cinco hijos durante las vigilias del Rosario, hasta su muerte en 1995. Nuestra Señora pidió también una Hora Santa los Domingos ofrecida por el Papa y los sacerdotes.

Las Vigilias y las Horas Santas continúan hasta hoy en el Pabellón del Vaticano donde las curaciones y conversiones son abundantes y para numerosos peregrinos la fe y esperanza han sido restauradas. Los invitamos que se unan a nosotros; buscar por el estandarte grande de SMWA.

Para mas información, incluyendo un pétalo de rosa gratis bendecido por Jesús y María con el poder de curación y conversión, contacto:

Apostolado Mundial de San Miguel
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